domingo, 3 de febrero de 2008

Cry

Una lágrima nacía en tus ojos,
no se atrevía a tomar tu mejilla,
aguardó allí, quieta, cohibida,
aferrándose a unos párpados
que, en ese instante le pertenecían,
formaba una expresión de infinita,
tierna, lastimosa melancolía,
que ató con invisibles lazos
dos almas a una misma,
acaso era fingida la angustia
plasmada en tu rostro de niña,
acaso ese vestido de inocencia,
callaba oscuro enigma,
pero esa lágrima que yo ví,
no morir en tu mejilla,
esa lágrima, a mí,
a mí no se me olvida.


Pues lo que se lee, no tiene explicación

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